Es pequeño, pero lo suficiente para desesperarme a veces cuando no consigo lo que quiero. Como esos tres rododendros que planté el verano pasado y solo ha sobrevivido uno.
Pero hoy he disfrutado viendo los tulipanes que cogimos en el aeropuerto Amsterdam cuando regresamos de Escocia y los manzanos en flor, augurando excelentes manzanas y ver los lilares llenos de lilas que no se han helado este año, o los lirios que plantó la abuela siguen ahí, en fin... me mantiene en contacto con la tierra y disfruto cuidándolo.
El guardián del jardín |
Desde luego la abuela se sentirá orgullosa de cómo cuidas ese pequeño jardín, que tanta vida le daba a ella. Y el abuelo ha dejado a Criso para controlar todo lo que hacéis. No te desanimes y sigue con ello que lo haces muy bien
ResponderEliminarMuy bello tu jardín y preciosas las imágenes. Con ese guardián no me extraña que se atreva nadie a deteriorarlo.
ResponderEliminarEnhorabuena.